Nuevo curso, nuevos comienzos

Septiembre ya va caminando y las nuevas incorporaciones a la Escuela nos regalan su presencia. Despacio, como se hacen las cosas que se hacen bien, con cariño y con los brazos abiertos, así se reciben a los niños y niñas de Belén, a esos pequeños que han gozado de las horas detenidas, del calor y la indolencia del verano y que ahora se despiden de sus familiares con los ojos vidriados. Así nos quedamos nosotros, vidriados, absortos, quizás esquivos o con dudas, quizás con dolor o puede que prisa, hasta que llega un día en el que comprobamos que las cosas que se hacen despacio se hacen bien y que estamos seguros y confiados, que vemos como nuestros hijos e hijas son felices y se sumergen cada día en un mundo de exploración y aprendizaje con autonomía, lejos de nosotros y a la vez tan cerca porque la mano que los guía, los brazos que los acogen y la mirada que los comprende no podría ser mejor.

La máquina imparable del devenir nos pone en camino y no podemos hacer otra cosa que transitar  pero aprovechemos este tiempo y vivámoslo con todos nuestros sentidos, hagamos escuela juntos a cada oportunidad y estrujemos este nuevo comienzo.

Y a los ya conocidos ¿qué podríamos contaros? el tiempo se nos fue entre los dedos, sin casi despedirnos pero siempre surgen las oportunidades para hacerlo y qué mejor forma que disfrutando del montaje fotográfico que nos ha preparado Juan Carlos Tello con sus propias fotografías y las de Cristina Romero (papá y mamá de la Pecera).
Bienvenidos a nuestra casa, a nuestra Escuela que también es vuestra. Bienvenidos a la Escuela de Belén.





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