El elemento fantástico, la imaginación, el equilibrio entre la atracción y la prevención, entre lo que se sabe y lo que se ignora, la emoción ante la sorpresa, la alegría, la emotividad, el cariño desprendido... Todos esta mezcla de sensaciones y vivencias han tomado protagonismo en estos pasados días en la vida de la escuela. La magia alrededor de un personaje y un entorno mimado y cultivado en toda la escuela -docentes, familiares, cocineros...-, han logrado calar hondo en el sentimiento colectivo de estar compartiendo una historia que nos pertenece, que es nuestra porque la construimos entre todos.
Esperamos su aparición, nos alegramos cuando estuvo en su rincón, le cuidamos trayendo todas las cosas que nos pedía, llevándole comidas y regalos para cultivar la hospitalidad hacia el recién llegado. Al cabo de los días, nos devolvió la magia de su renacer corporal, del sutil diálogo de los gestos sencillos que conecta con el interior de cada mirada espectante de la infancia, y que provocó un alud de mensajes entusiastas de la mayoría de niños y niñas que acompañaron su paseo de despedida.
Los adióses concentran el disfrute de lo vivido, la pena de dejarlo ir y la generosidad de que vayan a disfrutarlo otros. Se nos fue a otros sitios, a ver otros coles y niños, a su país... ¡cada uno buscó la explicación que más le complacía! Siempre queda el consuelo de que volverá.
Pincha en la cara de Carnaval y podrás ver el video de su renacer en la fiesta de la mañana con todos los niños y niñas del cole, y la tierna despedida.
Realización de Fernando (papá de Jimena). Muchas gracias
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